TEMPLO DE DEBOD
El templo de Debod se encontraba situado originalmente en una aldea de la región de Nubia, en el Alto Egipto, entre la primera y segunda catarata del Nilo, una zona de gran riqueza de materias primas y de comercio como pieles, marfil, incienso....que servía como zona de intercambio comercial y como no cultural entre los pueblos que mercadeaban con esos productos.
Fue el rey Adijalamani quién mandó construir allí un templo en honor al Dios Amón, padre de todos los dioses.
Fue construido entre el año 200 y el 180 antes de Cristo y servía de lugar espiritual de paso para los peregrinos. Hubo un cambio de culto en detrimento del Dios Amón hacia la Diosa Isis con la llegada al reinado egipcio de reyes de dinastía ptolemaica por lo que se amplió el templo. Más tarde los emperadores romanos Augusto y Tiberio lo volvieron a ampliar construyendo el vestíbulo y fachada con columnas.
Después entre los años 535 y 537 después de Cristo el emperador Justiniano obligó al cierre de los centros religiosos de Egipto para cristianizar la zona perdiendo su carácter religioso.
Distintas expediciones ya en el siglo XVIII y XIX dan a conocer este lugar poniéndolo en el mapa del mundo cultural. Los exploradores Frederic Louis Norden en 1737 o Johann Ludwig Burckhardt en 1813 informarían de tan excepcional monumento. El monumento sufrió las consecuencias de un gran terremoto en 1868 que dañarían el santuario muy seriamente.
Con la construcción de la presa de Asuán se pasó a rescatar con la ayuda internacional de los monumentos que iban a quedar sumergidos bajo sus aguas. Primero el Servicio de Antigüedades de Egipto realizó una reconstrucción para que después el Gobierno Egipcio se lo regalase al Gobierno Español como agradecimiento a la ayuda prestada en el rescate de otros muchos monumentos que iban a ser destruidos por las aguas del gran embalse. El lugar elegido fue el Parque Oeste de Madrid, a la sombra de la Catedral de la Almudena y del Palacio Real.
Para los egipcios el templo debía ser un lugar puro, pensado para acomodar y proteger a su Dios, una escala del universo donde el faraón fuese el único que se dirigiese a las divinidades aunque esta tarea recaía en los sacerdotes que eran los servidores del Díos y que junto al rey se convertían en las únicas personas que podían acceder al interior del templo.
Los ritos más importantes se realizaban al amanecer, cuando el sol se elevaba por el horizonte y su luz entraba en el santuario e iluminaba la representación de los dioses expuestos.
Después de atravesar las tres puertas monumentales que en origen daban paso a contiguos recintos, hoy en día solo hay dos, nos encontramos ante el templo en sí. Una cuarta puerta integrada en el templo y un pórtico con cuatro grandes columnas daban la bienvenida. Al atravesar esta puerta nos encontraríamos ante un vestíbulo que articula los espacios. De frente el interior del templo, a la izquierda las escaleras que servían para acceder a la planta alta del templo y a la terraza.
Ante nosotros se abre la sala más espectacular con los muros completamente repletos de bajorelieves y jeroglíficos, contienen distintas escenas de la finalidad del templo. Se encuentran en relativo buen estado y hay paneles informativos con la interpretación de lo que significan.
Los distintos bajorrelieves muestran escenas como:
Emperador Tiberio siendo purificado por los dioses Horus y Thot con el dios Amon presidiendo
Emperador Augusto con estandartes en presencia de Imhotep
En el interior del muro Norte:
Emperador Augusto ofreciendo libaciones e incienso a los dioses Horus, Isis y Osiris.
Emperador Augusto ofreciendo una estatua a los dioses Amón Ra y Mahesa.
En el interior del muro Sur:
Un emperador frente a los dioses Isis, Osiris, Shepses Nofret, Harpócrates e Inhotep que porta unos jeroglíficos en una tablilla.
Puerta Sur:
Símbolo sagrado en forma de cobra, representación de la diosa Uadyet cuya finalidad era como elemento protector.
Interior muro Oeste:
Emperador Augusto ofreciendo un toro, una gacela y un antílope a la diosa Isis.
Emperador Augusto dando tres ramas con flores a los dioses Osiris e Isis.
Emperador Augusto ofreciendo frutos a los dioses Amón y Mahesa.
Emperador Augusto entregando copas al dios Thot.
Puerta Norte:
Relieve del disco solar con alas y jeroglíficos.
Después de atravesar la capilla de Adijalamani nos encontramos ante la antesala del Naos y frente a nosotros la sala del Naos donde estaría la figura de la advocación del Templo. En origen sería una figura del Dios Amón y después pasaría a la Diosa Isis. En la foto se muestra una proyección dentro de la urna.
A la derecha y a la izquierda se abren sendas salas laterales con función de capillas y unas pequeñas criptas integradas en el suelo de estas.
El hueco que se observa al fondo derecha es la cripta, en este caso la de la capilla del lado izquierdo del templo. En la capilla del lado derecho también hay otra de similares características.
Desde el vestíbulo principal por una sala que se abre en el muro a la izquierda accedemos a un corredor con escalera que nos llevará al piso superior donde encontraremos piezas originales del templo, una maqueta de como sería en origen, una maqueta de ubicación de distintos emplazamientos del Valle del Nilo y el acceso a la terraza superior.
En el espacio de la escalera hay una pequeña habitación que se supone que sería la biblioteca del templo donde guardarían los pergaminos dentro de vasijas y tablillas de madera, arcilla, cuero o piedra colocados en estanterías y que se llamaba " Casa del libro " También se utilizaría esta sala como lugar de preparación y almacenaje de ofrendas del culto diario. Este espacio estaba comunicado con la cripta izquierda. La construcción de este lugar se remonta a la también construcción del " Mammisi ".
En el lado derecho del vestíbulo se abre esta pequeña sala llamada Sala Uabet reservada a rituales de purificación.
También en el lado izquierdo se abre la sala Mammisi.
Esta capilla rompe la simetría del antiguo templo. Fue construida tras el cambio de advocación de divinidad, de la original a Amón a la Ptolemaica de Isis. La capilla significa " lugar de nacimiento " en idioma copto. Su finalidad era la de albergar una representación de la diosa Isis. En la sala arquitectónicamente solo hay una pequeña hornacina que es donde se encontraría la estatua de la diosa.
Si de día el lugar es mágico de noche con la iluminación artificial resulta simplemente espectacular. Nada rompe las lineas del templo sobre el horizonte.
El pequeño estanque en el que se asienta el templo hace que su imagen se vea reflejada en sus aguas y hagan las delicias del turista y de los fotógrafos.
Si queremos completar con el itinerario de cultura egipcia podemos acercarnos al MAN o Museo Arqueológico Nacional de Madrid donde disfrutaremos de muchas piezas originales de este estilo muy bien organizadas.
Hay diferentes ataudes que muestran las diferentes capas o envueltas en las que los finados eran introducidos después de meticulosos rituales de enterramiento que podían durar meses.
Las distintas partes del ataud y capas en las que los reyes eran envueltos se pueden observar detalladamente aquí. Arriba el ataúd en sí mismo, la parte exterior. Solían ser de madera tallada y policromada.
Dentro había una subtapa de madera y también policromada y tallada representando a su morador.
Bajo esta tapa recubierto de joyas, máscaras, placas de oro u otros materiales estaría el muerto y bajo esta capa estaría envuelto en gasas y telas más o menos decoradas. Ya bajo estas capas el cadáver con los órganos extraídos para evitar la putrefacción y embalsamado.
Abajo la Caja de Ushebtis de Jabejent procedente de Deir El Medina. De madera tallada y pintada.
Abajo la estatua de Nectanebo, en granito tallado y pulido. Es del 380 antes de Cristo y procede de Italia.
Abajo resto de una pared de la tumba de Neferjau y Satbahetep, en piedra tallada, procedente de Ehnasya El Medina de Heracleópolis Magna.
Un agradable paseo por la cultura egipcia en la ciudad de Madrid.
Otras entradas de mi blog: