sábado, 20 de mayo de 2017

EL BELLO OCASO DEL PRERROMÁNICO EN TEVERGA


SAN PEDRO DE TEVERGA

 

Cuando más se disfruta de un lugar es cuando se va relajado y con la tranquilidad de poder hacerlo sin prisas, por qué digo esto, pues porque esta colegiata ya la había visitado en otras ocasiones, unas veces solo por el exterior por estar cerrada y otras también su interior pero de paso, en esta ocasión teníamos toda la mañana para visitarla detenidamente y eso fue lo que precisamente hicimos.


El templo está datado a finales del siglo XI, entre 1069 y 1076, y ¿donde radica su singularidad?, pues aunque el edificio es románico por las fechas de su construcción conserva muchos elementos propios del prerrománico asturiano por lo que está considerado como el primer templo que queda en pié del románico en Asturias.



Como todos los templos con el paso de los años sufrió añadidos como la torre y el claustro que no pertenecen a la temprana edificación.


Como se puede observar cuatro de las columnas están apoyadas sobre el muro mientras que las dos centrales están exentas.



La colegiata parece estar construida en dos etapas distintas, en la primera se construirá el porche, espacio de planta rectangular con dos arcos de medio punto a cada lado y apoyados sobre seis columnas con sus capiteles que sostienen la bóveda de medio cañón, lo que nos deja tres naves en dos tramos.




La tribuna a los pies de la nave está orientada hacia la cabecera y se cubriría en sus orígenes en bóveda de medio cañón pero que ahora es una techumbre de madera.




Los capiteles de las columnas son especialmente bonitos y de una labra cuidadosa aunque no tan elaborados como los del románico pleno, la decoración es tanto vegetal como figurativo con representaciones de la vida cotidiana.









La continuación de la construcción de la colegiata después de un breve periodo nos deja finalmente con una iglesia de planta  basilical con tres naves apoyadas en arcos de medio punto y sostenidos estos en seis columnas donde cuatro están adosadas a los muros y dos centrales exentas.



En el altar mayor se encuentra un cristo crucificado de estilo románico datado en el siglo XIII. 


La cabecera era tripartita como las del prerrománico asturiano, las naves y la cabecera se cubre con bóveda de medio cañón y el testero es recto aunque en la actualidad está bastante distinta ya que se realizaron actuaciones en el barroco para adaptarlas al nuevo estilo y añadirle diferentes componentes al complejo como el coro, el claustro, la sacristía o el palacio.



Del prerrománico asturiano posee la planta basilical de tres naves, la tribuna, la cabecera recta y el porche  mientras que del románico son los muros de sillería muy bien trabajados, reforzados por contrafuertes y la cornisa decorada con metopas y canecillos de figuración animal.


La entrada al templo se realiza a través de la torre y otra entrada a través del claustro.







Tanto en el exterior como en el interior se encuentra el famoso ajedrezado románico y los canecillos historiados en este caso de simbología animal.


Y con esto se acaba este paseo por esta colegiata del corazón de Asturias.




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