jueves, 20 de junio de 2019

EL OLVIDO DE UN TESORO


SAN ANTONIO DE PADUA
LAS RUINAS DEL CONVENTO FRANCISCANO


El convento de San Antonio de Padua de Garrovillas de Alconetar, Cáceres, se encuentra situado en las cercanías de la villa, en lo alto de una loma desde donde se divisa toda la localidad. Fue fundado en 1476 durante el reinado de los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón.
La Bula fundacional es del 16 de Marzo de de 1476 y fue otorgada por el Papa Alejandro VI a petición de los Condes de Alba de Liste.
Lo que hoy podemos contemplar son los restos del esplendor que tuvo ya que se encuentra en estado de abandono y ruina, eso si, unas bonitas e interesantes ruinas.




Al exterior podemos observar el escudo de armas de la casa de Alba de Liste con la figura bajo este de Don Enrique Enriquez con una soga al cuello. La leyenda cuenta que allá por el año 1476, en la batalla por la corona de Castilla en Toro, Zamora, entre los partidarios de Juana la Beltraneja y su tía Isabel la Católica fue apresado el Conde de Alba de Liste Don Enrique Enriquez, esposo de Doña María Teresa de Guzmán, oriunda de Garrovillas. Esta rogó a San Antonio de Padua para la liberación de su marido y como pago ofreció construir un convento bajo esta advocación.


 Esta figura del Conde de Alba de Liste no dejará de repetirse en distintos escudos del edificio.
Este edificio en origen Franciscano de reducidas dimensiones fue creciendo y ampliando promovido por los Condes de Alba de Aliste y los propios frailes. En la actualidad conserva algunos elementos góticos primitivos.



Nada más traspasar la puerta de entrada nos damos cuenta que se trata de un edificio de características monumentales. Al levantar la mirada nos asombramos de la magnífica bóveda de crucería renacentista que se sostiene a duras penas por el abandono progresivo del convento.



La iglesia es de nave única y tiene el ábside poligonal cubierto todo con esas preciosas bóvedas de crucería, a los pies destaca el coro y la otra puerta de acceso que es visible solo desde el exterior ya que está tapiado el acceso interior supongo para evitar un posible derrumbe.




Son muchos los detalles en los que detenernos, todo está finamente labrado con figuras vegetales, ángeles, y otros motivos.
En los dos lados de la nave vemos los enterramientos de los primeros Condes de Alba de Liste, Enrique Enríquez de Mendoza y María de Guzmán y Figueroa, son enterramientos muy ornamentados de estilo barroco. Como podemos observar en las fotos los actos vandálicos y desidia por parte de sus propietarios y la administración han conseguido que tengan este lamentable estado.






Muchos son los detalles que tiene esta iglesia, no solo la nave, también posee una excepcional sacristía, de una pequeña nave cubierta con una cúpula renacentista apoyada sobre pilastras cuadradas de pizarra y ladrillo. Las paredes están decoradas con pinturas al fresco y de tonos dorados. Esta sacristía fue sufragada por los donativos de los habitantes del pueblo. Como el resto del edificio el estado de abandono de esta capilla es alarmante.



En el año 1540 se reforma la iglesia y se construyen la capilla mayor y los sepulcros. No paran de sucederse reformas y ampliaciones incluyendo al claustro.




Por una puerta lateral desde la iglesia accedemos al Claustro del Convento, su estado ruinoso se acentúa aquí, es de estilo sobrio renacentista y dos alturas. El piso inferior posee arcos de medio punto sostenidos por pilares cuadrados de granito con molduras decorativas y con bóvedas de arista, en este caso tres arcadas por lado. La galería superior a su vez está sustentada por columnas toscanas siendo seis por cada lado y sin arcos sino dinteles. Estas columnas sostienen la cornisa, adornada con triglifos y metopas lisas.




En el claustro estuvieron las Capillas del Cristo de las Injurias y la Capilla de la Vera Cruz, ambas realizadas en estilo renacentista. Además todas las paredes y muros del claustro bajo estuvieron decoradas con importantes pinturas al fresco de las que hoy en día poco podemos disfrutar.




El porqué de su abandono se debe a la desamortización de Mendizabal, una vez en manos ajenas a los monjes se convirtió primero en fábrica de tejidos, herrería, esquiladero de ovejas y después en almacén, también el expolio por parte de los vecinos han contribuido al estado ruinoso en el que se encuentra.




También se cuenta que los vecinos quemaron retablos, picaron suelos y destruyeron paredes buscando el posible tesoro de los frailes. Las tierras se subastaron y algunas dependencias se vendieron. El estado de ruina del inmueble es importante sin que a día de hoy se hayan tomado medidas para solventarlo, cubierto de pintadas, paredes y techos a punto de desplomarse y a merced del expolio y vandalismo.




Completamente irreconocibles están el refrectorio, la sala capitular, cocinas y resto de dependencias de este magnífico convento, solo podemos intuir como eran ya que los escombros y la maleza abundan en este lugar. Los techos ya no existen, las pinturas están desaparecidas, paredes y decoraciones por el suelo, así está toda esta parte.





A cada paso que damos nos encontramos con más dificultades para seguir, pensamos que en breve alguna parte caerá y bien pudiera causar una desgracia.





Con buen criterio nos disponemos a abandonar el convento que se encuentra supuestamente cerrado al público ya que la puerta está abierta y no existe cartel ni candado que impida el paso este inmueble está catalogado por la Junta de Extremadura como Bien de Interés Cultural "B.I.C." con categoría de monumento y a su vez se encuentra en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra.
Esperamos que las administraciones tomen carta en el asunto, pero no para cerrarlo y tapiarlo sino para consolidar la ruina y asegurarlo para que se pueda visitar con seguridad para el visitante.
Dejamos el Convento de San Antonio de Padua ( 39°42'39.5"N 6°33'25.9"W ) y continuamos hacia la población de Garrovillas de Alconetar y su espectacular Plaza porticada.



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